Pienso en ti
de tantas maneras como llega la lluvia.
(Estoy llegando, a medida que envejezco,
a odiar las metáforas: su precisión
y su insuficiencia).
A veces estos pensamientos son
una humedad que apenas cae, no hay
nada más suave:
a veces un chubasco que tamborilea, una
agitada limpieza profunda de la mente:
a veces, un aguacero que inunda.
Estoy llegando, a medida que envejezco,
a odiar la metáfora,
a amar la suavidad,
a temer los aguaceros.
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