Un mundo en el que un hombre es una reja tan alta
como el vuelo de un pájaro herido
y después una roca en lo alto de una montaña de arroz
y también una peonza en un charco de semen
un hombre que quiso ser un astronauta
y ahora es capaz de barrer el infierno cinco veces al día
un mundo en el que a un hombre no le enseñaron
a amar el mundo como lo hubiera hecho un niño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario