
*
Cuando sobre este globo, con languidez ociosa,
ella deja rodar una furtiva lágrima,
un piadoso poeta, enemigo del sueño,
de su mano en el hueco, toma la fría gota
como un fragmento de ópalo de irisados reflejos.
Y la guarda en su pecho, lejos del sol voraz.
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