La quitapenas dormita en la vasija de barro,
un duendecito me mira con ojos entrecerrados.
Sol afuera y sol adentro brillan temprano en la casa.
Trescientas lunas y mis fresias y glicinas asomadas.
Sopla el viento comentan , los suspiros de las plantas.
Aquí el café revuelve con su aroma ,la nostalgia.
Todos duermen su sereno sueño de madrugada.
Yo los miro mientras leo historias de otros , callada.
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