marta quattrocchi

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SAN PEDRO, Buenos Aires, Argentina
La literatura es el espejo de la vida.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Alguna vez de pronto...


Alguna vez, de pronto, me despierto:

Un dolor me recorre tenazmente,

Un dolor que está siempre, agazapado,

Por saltar, desde adentro.

Entonces tengo miedo.

Entonces, me doy cuenta que estoy sola

Frente a mí, frente a Dios, frente a un espejo

Lleno de mis imágenes,

De rostros polvorientos.

Estoy sola, pero siempre estoy sola:

Es lo único cierto.

El amor era un huésped,

La soledad es siempre el compañero

Que permanece al lado, inconmovible.

Lo único seguro, verdadero.

Oigo mi corazón, vieja campana

Que dobla y que golpea,

Que rebota en las sienes y en la nuca

Y en la boca y los dedos.

Es cierto, tengo miedo.

Miedo de no poder gritar, de pronto,

De que ya sea demasiado tarde

Para un ruego.

La costumbre ahoga las palabras

Y alarga el desencuentro.

Ah, tantas cosas quedarán ocultas,

Perdidas, sin recuerdo,

Tantas palabras que no fueron dichas,

Tantos gestos.

Unos dirán: Yo sé, la he conocido,

Fue una ardiente rebelde,

Se desolló las manos y la vida

Por defender los que creyó más débiles.

Otros dirán: Yo sé, la he conocido,

Era dura, malévola,

Avara de ternura, con la boca

Mostraba su desprecio.

Alguien dirá: Y cómo sonreía...

Qué importa

Lo que vendrá después del gran silencio.

Claro que tengo miedo.

Así, en la madrugada

Mientras algún dolor - un dolor, siempre -

Va hincando sus agujas en mi cuerpo,

Abro las manos en la sombra dulce

Para atrapar mi soledad, de nuevo,

Y me quedo a su lado, sin moverme,

Con los ojos abiertos

La vida detenida.

Toda mi sangre es un temor inmenso.

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que toda la vida es sueño
y los sueños
sueños son.

ES IMPRESCINDIBLE

...aprender a volar entre tanta gente de pie...(diría el flaco).

((ME QUEDA LA PALABRA))