El sentido del tiempo se me aclara
desde que te ha dejado y me has traído,
y el espacio también tiene sentido
desde que con sus leguas nos separa.
El uno tiene ahora canto y cara porque vive de habernos dividido,
y el otro no sería conocido si no nos escondiera y alejara.
Desde que somos de la lejanía,
el espacio, que apenas existía,
existe por habernos separado.
Y el tiempo que discurre hacia la muerte
no existe por el tiempo que ha pasado
sino por el que falta para verte.
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